17 de mayo de 2012

Opinión y reflexión a modo de retorno

Hola de nuevo.

Lo primero que quisiera hacer, es pediros disculpas por la ausencia continuada y el parón que se ha producido en el blog. La verdad es que el tiempo ha pasado rápido y yo no he tenido el tiempo suficiente como para escribir algo que mereciese la pena leer. Os pido disculpas.

En la entrada de hoy y para retomar el hábito de la escritura, quisiera reflexionar sobre los recortes en los presupuestos del Estado y de las Comunidades Autónomas. La verdad, es un tema que aunque lo vemos todos los días en los medios de comunicación, no está demás prestarle un poco de atención individual al ámbito que nos ocupa, sobre todo en este blog, como es el ámbito cultural.

Durante estas últimas semanas llevamos viendo y escuchando como los presupuestos se recortan o se van a recortar, de manera espectacular en diversos ámbitos como Investigación y Desarrollo, o en Sanidad o Educación. Se habla de profesores, colegios y hospitales, enfermeros, etc. Pero ¿Qué pasa con los proyectos culturales? Evidentemente estos también van a sufrir o están sufriendo las consecuencias del "tijeretazo presupuestario". 

Desde 2008, el frenazo económico está causando estragos en los proyectos culturales que estaban previstos en nuestro país, de golpe y porrazo la cultura ya no es un motor económico, en los medios de comunicación se ha pasado de hablar de industria cultural, a omitir directamente la existencia de la misma. Parece que a nadie le interesa ya la cultura, solo el dinero, y por lo tanto esta ha pasado a un segundo o tercer plano. 

Mientras en la calle, hemos visto y vemos como las personas consumen cultura, quieren consumir cultura, sacrifican otras cosas, para poder consumir cultura, solo se necesitan buenas ideas y precios realistas con la situación actual en la que vivimos. Los teatros que albergan grandes obras o espectáculos interesantes, se llenan. Los conciertos se llenan. Las exposiciones se llenan, y aunque sea otro nivel, las subastas de obras de arte están siendo un éxito de público y compradores. 

Mi pregunta es ¿Cómo es posible que habiendo un interés social por la cultura y por su consumo, nadie se haga eco y se invierta en cultura? 

La respuesta es simple, el recorte siempre es más fácil por el lado débil. Es decir, si usamos la demagogia, ¿Qué es más importante, la salud o la cultura? La respuesta es simple, todos iremos hacia la salud. Ahora ya a estas alturas no se respeta ni la salud, pero el primer recorte se hizo en la cultura. Mientras artistas, compositores, regidores, y demás profesiones relacionadas con la producción cultural, se pudren en una esquina sin que nadie les haga caso. A los interinos ya no los llaman para trabajar, es mejor dar un mal servicio, según algunos. Todo es recorte. Mientras, vemos como monumentos se deterioran a la espera de que la burocracia autorice una protección, y cuando la autoriza, caen en la cuenta de que no hay recursos para llevarla a cabo. Los yacimientos arqueológicos se paralizan, se tapan y se olvidan, "hasta más ver".

En el caso de los museos, la verdad, es otro pozo sin fondo, se suceden las exposiciones temporales, redundando en los mismos temas que ya hemos visto una y mil veces, ya nadie sorprende. Pero es que nadie tiene la capacidad de sorprender. Conservadores y gestores, con las manos atadas por presupuestos deficitarios, no pueden más que pedir obras prestadas a otros museos, economizando gastos, de trayectos cortos, ¿Dónde quedan aquellos tiempos de exposiciones monumentales, antológicas de grandes artistas? Quizás ya solo quedan en papel, como un recuerdo de una época que va a tardar en volver, y para personas como yo, que no viven en una capital cultural, será difícil ver alguna de ellas en los próximos años...

En conclusión, y para no seguir con esta opinión pesimista de la realidad, sólo decir que por lo menos nos queda la buena sensación de ver a personas que todavía se interesan por la cultura y quieren consumirla, y por tanto todavía quedan artistas con ganas de exponer, galerías con ganas de enseñar y museos con ganas de innovar. Músicos que crean gratis y difunden cultura, certámenes cinematográficos con visión global y difusión gratuita. 

Son todos estos luchadores los que hoy por hoy se merecen mi respeto y mi admiración y son los que consiguen que siga ligado a este ámbito, aunque en la distancia, que es la cultura. 






25 de diciembre de 2011

28 de noviembre de 2011

¿Qué sucede si aplicamos algunos conceptos museográficos a una tienda de deportes?

Hace unos días estuve pensando, de qué me servían mis estudios de Historia del Arte y de Museología en concreto, pues como la situación actual es la que es y no podemos cambiarla, he debido buscar trabajo en algo que a priori no tiene nada que ver con mis estudios. 
Aprovechando que una de mis pasiones, aparte del mundo del arte, es la bicicleta, encontré trabajo en una tienda de deportes, Sport Zone para más señas.
Poco a poco me he ido dando cuenta que a la hora de exponer productos para el público, ya sean obras de arte o bicicletas, podemos conseguir prácticamente los mismos efectos en un museo y en una tienda. 
De todas formas tengo la suerte de tener un poco de libertad a la hora de ser creativo con los productos. He ido aplicando algunas fórmulas expositivas de los museos a nuestra sección, creando recorridos inconscientes para el visitante o cliente en este caso, para que la circulación dentro de la sección sea lo más cómoda y atractiva posible. Lo sorprendente de todo esto no es solo la compatibilidad de los conceptos expositivos, sino que las ventas se han incrementado, no de manera espectacular, pero sí de aquellos productos que hemos puesto en valor, diferenciándolos del resto, colocándolos en puntos de visión concretos y a una altura adecuada para los ojos. Está claro que esto no es una ciencia exacta y que el precio también influye en la decisión del visitante. Pero existen casos de objetos que al ser tratados de manera individual, objetos que en principio no habían tenido mucho éxito. Se ha cambiado su ubicación en la tienda, colocándolos bajo un punto de luz y con la cartela de información con una letra visible y atractiva. Sin necesidad de variar el precio hemos conseguido que ese producto se venda con mayor facilidad.
Un caso bastante clarificador es la exposición de las bicicletas, hemos intentado tratarlas como una escultura, separando un modelo concreto del resto, diferenciándola del resto mediante un pequeño pedestal, con una cartela explicativa lo más desarrollada posible, individualizada y en una situación en la que dicha bicicleta actúa como efecto llamada para el visitante, en la zona de bicicletas. Aprovechando una claraboya del techo durante el día hemos conseguido que tenga una luz natural cenital, que desarrolla los volúmenes y acentúa los detalles de los diferentes componentes y engranajes de la propia bicicleta. El resultado no se ha traducido en ventas directas (Debido al precio) pero a pesar de ello, si se ha incrementado el número de personas que se han visto atraídas por el efecto llamada del objeto individualizado. 
En la zona de montaña jugando con los cubos expositivos y las tiendas de campaña, hemos alterado un poco la direccionalidad de los recorridos inconscientes de la tienda. Puesto a que la ubicación de la sección es un poco complicada debido a las lógicas limitaciones de los estudios de merchandising, esta sección quedaba ubicada haciendo una figura convexa a la cual solo se accede si se buscaba algo concreto. Con el cambio, hemos conseguido que el tránsito desde el recorrido inconsciente de la tienda, hasta dicha sección se produzca de una manera más natural sin obstáculos visuales, haciendo que los objetos acompañen al visitante y lo introduzcan en un cambio de ambiente.
Poco a poco vamos consiguiendo diferentes objetivos, siempre consensuados con los expertos en marketing y ventas al detalle, de los cuales ambas partes se ven beneficiadas. 
Con esta entrada quería también expresar, que aunque parezca que lo que hacemos y lo que tanto esfuerzo hemos estudiado, que a veces parece que no nos ha servido para nada, hay ocasiones en las cuales podemos poner en práctica dichos conocimientos y disfrutar más de nuestro trabajo. 


11 de noviembre de 2011

MOBA Museum of bad art

Al sur de Boston, en Estados Unidos, se encuentra la población de Dedham, enclave que alberga el primer museo dedicado al "mal arte" o "arte malo". Un lugar que nace como iniciativa privada para dar cabida a aquel arte denominado malo, que no entra dentro de los cánones estéticos a los que la mayoría de nosotros estamos habituados.

Fundado en 1993, en el sótano de un teatro en Dedham, hoy día cuenta con una colección superior a las 400 obras, que por cuestiones de espacio no pueden ser mostradas en su totalidad, pero el museo se rige por una política de exposiciones temporales. La iniciativa nace a partir de que el anticuario Scott Wilson, recogiera una pintura de la basura y se la mostrara a sus amigos, los cuales le recomendaron la creación de una galería. Siendo el lugar elegido el sótano del Community Theater. 

A partir de ahí, la recién fundada institución, a través de amigos y simpatizantes, empezó a recopilar obras encontradas en diferentes lugares, referentes de un arte que aunque con buenas intenciones había terminado siendo un claro ejemplo de lo que no se debe hacer. Poco a poco este museo ha ido alcanzando fama, al ser nombrado en varias guías de viaje además de haber recibido premios por la originalidad de su función. Una función que según sus creadores es la de "Preservar aquel arte que es demasiado malo para ser ignorado". Hoy día la política de aceptación de obras de arte se rige por una selección de aquellas obras que sean originales y que además no estén realizadas deliberadamente mal, es decir que sus defectos de ejecución o de estilo sean causa fortuita o inconsciente. 

En 1994 se produjo la primera exposición en los sótanos del teatro de Dedham, con un gran éxito de público. Dicho teatro ha sido descrito en muchas ocasiones de estilo "destartalado". Edificio de ladrillo visto construido en 1927, con un pórtico de entrada que recuerda de forma lejana a un templo griego coronado por un óculo cerrado. Sus pilastras clásicas realizadas en hormigón estructuran el ritmo de la fachada, y organizan el espacio dedicado a los ventanales blancos y modernos. Toda la fachada está cubierta de publicidad de los negocios colindantes además de la propia publicidad de las películas que allí se proyectan. Este último dato es importante, puesto que el régimen de apertura del museo depende directamente del horario de proyección de las películas. Solo podremos acceder al museo mientras el teatro esté abierto.

Es un museo que incita a la diversión, debe ser un lugar de relajación, de acercar el arte al público en general, no hace falta ser ningún experto en arte para poder pasar un buen rato admirando las creaciones, que aunque son originales, no dejan de ser de personas anónimas. Artistas en potencia, que por avatares del destino han terminado viendo sus obras expuestas en un museo.

El MOBA es una institución privada, que vive de las donaciones de particulares, además de la recaudación de la taquilla del museo. Pero aún con las limitaciones evidentes que posee, la originalidad de la idea y las ventajas de las nuevas tecnologías, ha conseguido ser bastante reconocido. Así han conseguido dar vida a otra galería de arte, esta vez en Somerville, de nuevo en los sótanos del teatro de dicha ciudad. Pudiendo dar cabida así a mayor número de obras. 

La colección del Museo del mal arte, se estructura a través de retratos, paisajes, fuerzas invisibles, desnudos, gente azul, accidentes de los símbolos y rasgos pobres. Todos los estilos son fácilmente identificables, la mayoría de las obras son divertidas, nos arrancan una sonrisa a primera vista, y nos damos cuenta que la división de la colección no podía haber sido hecha de mejor manera. 

La obra estrella del museo es "Lucy en el campo con flores", se trata por tanto de un retrato (de una anciana), dentro de un paisaje bucólico, donde los colores estridentes impactan desde el primer momento y la retratada  parece ser que levita arrastrada por el viento. Se trata de la obra que Scott Wilson encontró en la basura, y de la que en primer momento solo le interesaba el marco.

En resumen y para finalizar, el MOBA, es un museo original, con una gran calidad expositiva y muy bien llevada a la práctica por sus responsables. Una idea que gracias a las nuevas tecnologías está alcanzando gran difusión y consiguiendo poco a poco relevancia. Una relevancia que nos acerca a aquellas obras que salen de lo común, que dan un toque diferente a la concepción de un museo y por qué no, convierten lo que usualmente se asocia como un sitio aburrido, es decir el museo, en algo divertido y nos enseñan que el valor de las cosas no solo se encuentra en la belleza de la ejecución, sino también en el atrevimiento. 

10 de octubre de 2011

El museo según Le Corbusier. El Museo Ilimitado.

Le Corbusier gracias a su visión anticipada a la época, contribuyó al desarrollo de la arquitectura moderna en la primera mitad del siglo XX. Sus aportaciones en el ámbito de la vivienda son las más conocidas, pero Le Corbusier desarrolló sus ideas en edificios de muy diferente índole. Entre las tipologías desarrolladas por Le Corbusier, destacamos su idea de museo. En el concepto que Le Corbusier tiene de museo, encontramos además la mayoría de soluciones arquitectónicas que fue desarrollando en otros de sus edificios. El uso del hormigón, los pilares, estancias elevadas a altura, etc.



El denominado “Museo Ilimitado” o “Museo Infinito”, es la idea de crear un edificio en constante crecimiento, asimilando la idea de que el museo es un “ente” vivo, que crece y se desarrolla constantemente, que sus funciones no son solo las de contener objetos, sino enseñarlos y hacerlos comprensibles al espectador.
Para ello recurre a una estructura a modo de recorrido unitario, con una entrada y una salida, utilizando la idea de la espiral, en un intento de conseguir la mayor comodidad posible para el visitante. El cuadrado o el círculo son las formas que mejor se adaptan a la idea de la espiral, decantándose finalmente en los proyectos llevados a la realidad por el cuadrado.

Se trata por tanto de un edificio exento, de nueva planta, situado en un lugar con posibilidades reales de ampliación, donde la naturaleza pueda ser el preludio del edificio, que puedan relacionarse. Continuando además con el concepto del paseo. Así el edificio no es más que la continuación del paseo. Un camino nos muestra la dirección, solo hay que dejarse llevar. Un edificio sin fachada principal, igual por todos sus lados, donde la iluminación siempre es cenital, puesto que las ventanas hubieran corrido el riesgo de resultar inservibles en futuras ampliaciones. Algo que corre el riesgo de convertirlo en un bunker del arte, hermético, sin conexión al exterior.

Actualmente, la utilización de recorridos lineales está cayendo en desuso, las nuevas corrientes museológicas defienden la libertad de movimientos, la libre elección del visitante sobre lo que es interesante y lo que no. El modelo de Le Corbusier, a priori no encaja con estos preceptos, el recorrido lineal solo muestra un camino, un recorrido con un mensaje muy claro, cuenta una historia, desde el principio hasta el final. Es algo que sus detractores tuvieron muy en cuenta a la hora de criticar dicha idea. La supuesta poca versatilidad del modelo, le convertía a este museo a ser algo solo apto para museos de historia, cuyo recorrido se adecuaba mejor al sistema museológico lineal.

Pero el diseño en forma de espiral no solo permite un recorrido unitario, sino que a modo de laberinto permite la incorporación de atajos, que unen las galerías, lo que permitiría al visitante acortar su visita o alargarla según le convenga.

Como su nombre indica el museo, puede convertirse en un edificio de fácil ampliación, a través de módulos, que no hacen más que continuar con la espiral, en un movimiento de apertura, cada vez más ancho, cada vez más largo.

Pero debido a las características específicas de dicho proyecto y a su sistema de ampliación, se convirtió en una idea de difícil aplicación en las ciudades europeas, donde la imposibilidad de encontrar un espacio adecuado para este tipo de edificios, se convirtió en un gran hándicap. Unido además a la idea de museo como elemento identificador de un centro cultural, es decir, la idea de que el museo debe situarse lo más cercano posible al centro de la ciudad, para poder ser accesible y reconocible.
Por lo tanto esta idea museística solo pudo ser llevada a cabo en ciudades de nueva planta, y en ciudades de clara expansión urbanística.

Solo se materializaron los proyectos de Ahmedabad, Tokio y Chandigarh. Ciudades creadas de la nada o con planes de ampliación preconcebidos, que posibilitan la aparición de espacios específicos dedicados a usos concretos, entre ellos, espacios para la cultura y el ocio.

Pero dicha puesta en práctica, terminó siendo un fracaso relativo, los proyectos fueron modificados respecto a la idea original, adecuando a los edificios a los preceptos arquitectónicos más tradicionales, completándolos con fachadas y en algunos casos, ventanas que imposibilitan futuras ampliaciones, no cumpliendo por lo tanto con el fin último del proyecto, perdiendo parte de su sentido arquitectónico y su originalidad.

30 de septiembre de 2011

Grandes museos del mundo. Parte II Metropolitan Museum.




El Museo Metropolitano de Nueva York es uno de los grandes museos del mundo, tanto por su elevado número de visitantes como por la grandiosidad de sus colecciones. Creado gracias a la colaboración de políticos, empresarios, artistas y filántropos, se ha convertido en un referente museístico de gran relevancia.
Hoy día engloba dos sedes, el edificio principal en la 5ª Avenida y el Museo de claustros y jardines al norte de Manhattan.

El museo original fue creado en 1870, siguiendo la idea de los museos franceses de la ilustración, importada a Estados Unidos a través de John Jay, abogado americano que quedando maravillado por los museos europeos de la época, decide crear un proyecto de similares características en Nueva York.
La primera obra adquirida por el museo fue un sarcófago romano, pocos meses después de la fundación de la institución, a dicha adquisición se le sumaron 150 obras de artistas europeos, entre los que destacaban Poussin, Van Dick y Tiepolo.

Pero no fue hasta 1880 cuando el museo abre sus puertas por primera vez al público. Ya en la sede de la 5ª Avenida, en un edificio de raíces góticas diseñado por los arquitectos Calvert Vaux y Jacob Wrey. Debido al imparable crecimiento del museo, actualmente el edificio originario ha quedado encastrado entre las diferentes ampliaciones posteriores, algunas comenzadas poco tiempo después de la apertura del museo.

Así en los años venideros, el Museo Metropolitano continúa con la adquisición de importantes colecciones de arte europeo, buscando grandes fortunas en decadencia y aprovechando la pujante superioridad económica de los filántropos americanos. En este momento llegan a los fondos del museo la Colección Cesnola, un tesoro de la Edad de Bronce hasta época romana, consolidando al MET como uno de los grandes templos Neoclásicos del mundo.

Poco a poco el museo va ampliando su oferta, pasando a incorporar obras de los principales artistas del siglo XIX europeos, en una incansable carrera por superar a los grandes museos de Europa.
A principios del siglo XX el interés del museo se centra en la adquisición de las obras de arte del Antiguo Egipto, aglutinando gran cantidad de objetos, liderados por la Estatuilla de Hipopótamo. Más de 30.000 piezas constituyen la colección egipcia más importante después del Museo de El Cairo.

La última reestructuración del museo se produjo en 1971 y terminada 1991, no solo se trató de una reestructuración de los recorridos, sino de un perfeccionamiento y acondicionamiento de los espacios expositivos. Adecuando el museo a los nuevos criterios expositivos. Dicha reforma fue llevada a cabo por el estudio de arquitectura Kevin Roche Dinkeloo y Asociados, que estructuraron el museo a base de alas, las cuales son llamadas con los nombres de sus benefactores y coleccionistas que aportaron obras y dinero al museo, así nos encontramos con el ala “Rockefeller” o el ala “Sackler”.
Es durante este proceso cuando se introducen en el recorrido expositivo las colecciones africanas, asiáticas y del cercano oriente. Completando casi en su totalidad un recorrido por toda la historia del arte mundial, desde occidente a oriente. Sin olvidar una de las mayores y mejores colecciones de arte americano, desde época precolombina, hasta mediados del siglo XX.

Ya en 2007 se produjo la última ampliación y reestructuración donde pasaron a formar parte del museo las colecciones de arte árabe y la galería de artes decorativas.

En el caso del Museo de los Claustros y Jardines, situado a las afueras de Manhattan, se construyó en 1938 un edificio a partir de elementos arquitectónicos importados desde Francia, pudiéndose observar restos de claustros que van desde el siglo XII al XV.
En la historia de este edificio destacan la participación de dos personalidades de gran importancia, George Grey Barnard y John D. Rockefeller.
Barnard era un coleccionista medieval, que utilizó su residencia particular para articular sus colecciones privadas a través de los claustros medievales que adquiría en Europa, incluyendo en ellos además multitud de reliquias y tratados medievales. El museo abrió sus puertas en 1914 con la ayuda de Rockefeller, quien aportó gran cantidad de obras de su colección privada y adquirió los terrenos colindantes para evitar que la expansión urbanística estropeara las vistas del edificio.

Con la creación oficial del museo en 1938, se produjo la reforma del edificio y su adecuación como museo, además Rockefeller incluyó un depósito y línea de financiación del museo, previendo las futuras adquisiciones del mismo y garantizando su supervivencia.

Entre sus obras maestras destaca el libro de Miniaturas “Las muy ricas horas del Duque de Berry” del siglo XV.


En el año 2010 el Museo Metropolitano de Nueva York acogió la visita de 5.600.000 personas de todo el mundo, lo que da muestra de la importancia de un proyecto que en tiempo relativamente corto ha conseguido ser el referente mundial que pretendía desde un principio.

25 de agosto de 2011

Grandes museos del mundo. Parte I El Louvre.

En 1793 abre sus puertas por primera vez el Museo del Louvre, uno de los primeros museos públicos creados en Europa. Destinado a la divulgación científica y artística, siguiendo los preceptos de la ilustración.

Desde un principio, sus salas se llenaron con las colecciones reales, expropiadas durante la revolución francesa, la nueva república, decide que dichos fondos pertenecen al pueblo francés y los pone a su disposición.
Poco a poco, además de las colecciones reales, acumuladas durante siglos de coleccionismo y patrocinio de artistas, el museo del Louvre se nutre los botines de guerra en época de Napoleón. Las nuevas colonias van proporcionando una de las colecciones de arte oriental y africano de mayor importancia. Así se recopilaron objetos y obras de arte de época Mesopotámica, Egipcia, Musulmana, Griegos y Romanos de todos los confines de Europa.

Tras la caída de Napoleón, el estado francés y más concretamente el Museo del Louvre, se ve obligado a devolver gran parte de los tesoros expoliados, pero no todos. Muchos se quedaron en el museo, al poder este demostrar que habían sido conseguidos de manera “lícita”.

Poco a poco ya en el siglo XIX, las colecciones del Louvre, se fueron ampliando, otra vez gracias a las colonias, pero al ser un hecho generalizado entre las grandes potencias europeas, durante la expansión colonial, esta vez se aceptó el expolio. Así llegaron hasta las salas del Louvre, obras de arte tan importantes como La Victoria de Samotracia, pieza angular de la estructuración inicial del recorrido dentro del Louvre.

En un principio, el proyecto del Louvre, no era como lo conocemos hoy día. Se trataba de un macro proyecto Real. La residencia oficial de la Corona Francesa, pero su mayor esplendor lo vivió con la llegada  de Catalina de Medicis, que se propone la creación de un gran palacio, repleto de obras de arte que ella misma se encargaba de elegir. Se trataba de unir el antiguo castillo del Louvre con el Palacio de las Tullerías, para constituir así el mayor centro cultural conocido, aglutinando las Academias, pero sobre todo las Academias de Pintura y Escultura. El incendio del palacio de las Tullerías en 1871, provocó que el proyecto quedara aparcado e inconcluso. Unido al interés creciente de la corona por la construcción de Versalles, el proyecto se abandonó, quedando el museo con su actual imagen, de dos brazos alargados que comienzan desde el antiguo castillo. Dando lugar a una plaza abierta al público que termina en los jardines de las Tullerías. La última remodelación del Louvre se realizó en la década de los 80, ya en el siglo XX, configurando en la plaza antes mencionada la Pirámide de Cristal, de Ieoh Ming Pei que constituye una obra en si misma, y desde la cual se articula la entrada principal del museo actualmente. A lo largo de su historia en el Museo del Louvre han participado artistas como Claude Perrault y los pintores Simon Vouet y Charles Le Brun. Además Delacroix y George Braque, pintaron algunos de sus techos.

Hoy día el Museo del Louvre es uno de los mayores museos del mundo, se necesita más de un día para poder contemplar todas sus colecciones. Con la última remodelación, se ha llegado al museo como espectáculo, no solo es llamativo lo que contiene sino también el contenedor. Hay restaurantes, tiendas, lineas de metro. Todo lo necesario para la comodidad y disfrute del visitante. El Louvre tiene más de 8 millones de visitantes anuales, llegados de todas partes del mundo. Pues se trata de un punto referencial a la hora de conocer la cultura occidental.

Las colecciones del Museo del Louvre se agrupan de la siguiente manera; pintura occidental, escultura, antigüedades orientales y artes del Islam.

Entre las obras más importantes nos encontramos La Victoria de Samotracia, La Gioconda, La muerte de la Virgen del Caravaggio, la Venus de Milo, y un largo etcétera, de obras básicas de la cultura occidental y de oriente. 

1 de agosto de 2011

"LA EXPOSICIÓN Un medio de comunicación" de Ángela García Blanco

Un título muy interesante a la hora de ampliar la información sobre la organización de exposiciones, es "La exposición, un medio de comunicación" de Ángela García Blanco, de la editorial Akal, editado en 1999.

Como se puede imaginar por el título, el texto, en este caso nos introduce en el ámbito de la exposición, como un medio de comunicación con el espectador. Desarrollando y haciendo hincapié en los diferentes aspectos necesarios para crear una buena conexión con el espectador.

Se desarrollan temas básicos expositivos como la ordenación, el espacio, las necesidades del público, facilidad de acceso, comprensión por parte del visitante. Todos estos aspectos se desarrollan y enlazan al rededor del espectador. El destinatario final, que ha de percibir la exposición como un mensaje único, fácil de comprender y provechoso para su conocimiento. 

En el caso de las nuevas tecnologías, se le dedica un capítulo concreto, donde se desarrollan diferentes medios expositivos, analizando los pros y contras de los nuevos métodos expositivos digitales, desde  holografías, vídeo-exposiciones, o sistemas de audio. El análisis de dichos medios, que se desarrollan dentro de la exposición, están muy bien definidos. Pero quizás echamos en falta un análisis de las nuevas tecnologías desarrolladas a través de Internet, quizás sea por lo prematuro del libro, pero no aparecen. Sólo podemos informarnos sobre las posibilidades físicas.

En general, es un buen libro para saber un poco más de como los diferentes aspectos de la exposición participan de la experiencia del espectador. De como a través de los estudios realizados por los principales museos, se han conseguido definir unas pautas básicas de actuación a la hora de organizar exposiciones. Para conseguir la interactuación satisfactoria con el visitante, que al fin y al cabo es la parte más importante de la exposición, sea cual sea su finalidad.

28 de junio de 2011

Capital Europea de la Cultura

Hoy se ha elegido a San Sebastián junto con Wroclaw, capitales de la cultura para el año 2016. Lo que me ha hecho pensar una vez más en el significado de dicha denominación, y si realmente se están atendiendo las verdaderas razones en la elección de las ciudades, sean cuales sean. 

Está designación poco a poco se está convirtiendo en algo parecido a lo que podemos ver en la elección de la sede de los Juegos Olímpicos. Una carrera propagandística, donde las ciudades compiten entre sí, para demostrar cual de ellas tiene el suficiente valor cultural para representar la cultura (valga la redundancia). Así comprobamos como se realizan proyectos culturales a años vista, se inauguran museos por doquier, recorridos culturales, y si no tenemos cultura, porque ya no nos queda o porque no ha perdurado, se crea. No se escatima en gastos. Todo sea por ser un lugar reconocible para el turista foráneo, por crear una conciencia del gasto en cultura, o simplemente por justificar ciertas inversiones con un carácter más bien propagandístico que real. 

En esta competición hacia la capitalidad europea de la cultura de 2016, que hemos podido ver bastante de cerca, pues estaba decidido que una de las sedes iba a ser española. Hemos podido comprobar esta carrera a la que me refería al principio. Los ayuntamientos han organizado todo un sistema propagandístico, desarrollando  programas culturales sin precedentes en algunas ciudades, con un gasto por encima de lo admisible, para muchos, poco dados a los eventos culturales. Para otros, aficionados a la vida cultural, han visto un rayo de luz en sus ciudades. Pero este no es el problema, la inversión es siempre bien recibida por parte del contribuyente, se consigan los objetivos o no, lo que importa es el fondo, al fin y al cabo es una inversión que debe quedar en la ciudad, se supone que se está creando un patrimonio y una costumbre cultural.

La idea de Capitalidad de la Cultura, como proyecto está bien definida, con unos objetivos bastante claros, pero no me queda muy claro si las ciudades que optan a dicha denominación cumplen con los requisitos necesarios para presentarse. No me refiero a bagaje cultural o vida cultural, sino a las motivaciones que hacen que dicha ciudad se presente y finalmente consiga la capitalidad. Pues en muchas ocasiones, se frivoliza con la cultura, y esta es una de ellas. Se convierte en un concurso, o competición donde en muchas ocasiones importa más la cantidad que la calidad.

Los proyectos culturales presentados y que he podido ver, de varias candidaturas españolas, son muy interesantes en su mayoría, originales y hasta divertidas. Desde la creación de barrios temáticos, hasta las aperturas de infinidad de museos y centros de interpretación, programaciones teatrales, remodelación y reciclaje de edificios, etc. Ensalzando valores culturales propios de regiones, siempre con el telón de fondo de la Unión Europea. Pero mi pregunta es: ¿Qué va a pasar con aquellos proyectos de ciudades no elegidas? No me gustaría pensar que dichos proyectos quedarán aparcados, ya se sabe, "Estamos en crisis no se puede malgastar el dinero". Pero entonces ¿Por qué el gasto que antes parecía totalmente lícito, pasa a convertirse en algo desechable?; ¿La cultura solo merece la pena cuando hay un premio de por medio?

Precisamente a esto es a lo que me refiero con la falta de compromiso, a la hora de presentar una candidatura a Capital Europea de la Cultura. A la motivación de la ciudad para presentarse. 

¿Es necesario fomentar la cultura y la interculturalidad, a través de una competición?; ¿No es mejor premiar a aquella ciudad que sin esperar nada a cambio ha promocionado la cultura en sus diferentes manifestaciones?; ¿No debería tratarse la cultura como un valor intrínseco a una sociedad o colectividad, en vez de una creación esporádica? 

La cultura debería ser algo que estuviese presente en todos los presupuestos, haya premio al final o no, la cultura no debe ser elegida, sino que se va creando, la crean las personas, solo hay que favorecer el ambiente. La cultura no es una moda, no se debe apostar por la cultura, pues debería ser un valor que estuviera activo entre nosotros. La vida cultural, la costumbre en el consumo de cultura, es algo que debería estar arraigado en cualquier sociedad. El problema como siempre, es que se le da más valor a un número que a un concepto o significado, es decir, la cultura se ha visto desprotegida, sin ayuda, sin la promoción necesaria, sin incentivar su consumo, el resultado es que ahora debemos crear en la sociedad la conciencia del concepto cultura. 

Para terminar espero que todos los proyectos, los buenos proyectos que han visto la luz como resultado de esta carrera que es la Capitalidad Europea de la Cultura, no caigan en saco roto, y podamos ir a visitar dichas ciudades elegidas y no elegidas para disfrutar de todas las iniciativas culturales que hoy por hoy están sobre el papel. Espero que adquieran forma y se puedan contemplar, tocar, sentir, en definitiva, disfrutar de la cultura, y conocer mejor todo lo que nos rodea.

Os dejo los enlaces a las diferentes candidaturas finalistas españolas:

  1. http://www.burgos2016.es/
  2. http://www.cordoba2016.es/
  3. http://www.segovia2016.es/
  4. http://www.sansebastian2016.eu/
  5. http://www.laspalmasgc2016.eu/
  6. http://www.zaragoza2016.com/zaragoza2016/portada.do

13 de junio de 2011

LOS ÍBEROS Nuestra civilización antes de Roma

La Obra Social "La Caixa" organiza una exposición itinerante llamada: "Los Íberos, Nuestra civilización antes de Roma". Actualmente se encuentra en Málaga, en la Plaza de la Marina hasta el día 22 de junio. 
Se trata de una exposición divulgativa, a base de reproducciones, algún original y diferentes elementos didácticos como dioramas, maquetas y recursos audiovisuales apoyados en las nuevas tecnologías. 
Vista exterior

En cuanto a discurso expositivo se trata de mostrar al público, los modos de vida de la civilización Íbera, un acercamiento a las creencias religiosas y los usos cotidianos. Los dioramas nos muestran reconstrucciones de un molino para el aceite, horno alfarero, y la imagen de un guerrero entre otros, recursos que sin duda atraen la atención del visitante común. En el caso de las maquetas, nos muestran, ayudadas de paneles informativos, como eran los asentamientos Íberos, a través de la reconstrucción de los principales yacimientos encontrados. Entre las reproducciones encontramos objetos de todo tipo, desde estauillas de divinidades, hasta ajuares de enterramiento, además de reconstrucciones a escala de los tipos de enterramientos o necrópolis. 
Los objetos originales utilizados responden más bien al ámbito de la orfebrería y la cerámica, desde vasijas, lámparas de aceite, o abalorios decorativos.

Las piezas sobre las que se estructura la exposición y que son los ejemplos más claros de lo que significó la civilización Íbera, son las reproducciones de la "Dama de Baza" y la "Dama de Elche" además de la imagen del guerrero, reproducciones bien conseguidas y detalladas, que son bastante útiles para hacernos una idea de la importancia de los originales, que solo se pueden visitar en el Museo Nacional Arqueológico de Madrid, y que en rara ocasión salen de dicho edificio. Por lo tanto apreciar una buena reproducción es algo importante para tener el primer contacto con la cultura Íbera.

Reproducción Dama de Elche
El mensaje expositivo aunque bien delimitado, se convierte a lo largo de la visita en un elemento caótico, difícil de seguir debido a la estructuración y la ordenación del recorrido del visitante. En el comienzo de la visita nos encontramos con un panel cuya función hemos de intuir que es la de separar la entrada y la salida, por desgracia no se nos indica cual es cual, elegimos la derecha por inercia y por los primarios conocimientos museísticos. Entrando en la sala más amplia de la exposición, donde encontramos en primera instancia una televisión que nos introduce en aquello que vamos a ver, con una explicación contextual sobre el mundo Íbero, el problema es que dicha televisión está colocada por problemas de espacio en lugar de tránsito de la entrada, donde se acumulan personas que entran, personas que miran la introducción y además un elemento estrella de la exposición como es la reproducción de la escultura del Guerrero, a escasos 2 metros de la televisión. Más adelante se empieza a estructurar el discurso, y el itinerario, desde la primera sala donde ya hemos tenido acceso a una introducción sobre lo que significa la cultura Íbera y sus yacimientos más importantes, se nos conduce a través de un pasillo estrecho, donde encontramos más reconstrucciones de la vida cotidiana, no apto para realizar una parada a contemplar los objetos allí reproducidos. Entramos en una segunda sala, menor que la anterior, donde podemos observar por un lado la industria textil, alimentaria y metalúrgica y por otro la cultura funeraria, quizás la parte mejor expuesta y explicada, donde en una pared se nos articulan diferentes reproducciones u originales, (no se nos especifica) en vitrinas individualizadas, apoyadas por material didáctico a base de maquetas y paneles, que nos ayudan a comprender el sentido del enterramiento en la época que nos ocupa.

A partir de esta sala, pasamos a la metalurgia, incluyendo los abalorios y las monedas, aquí el recorrido vuelve a complicarse, diferentes recovecos articulan el itinerario del visitante mostrándonos diferentes tipos de objetos en vitrinas sorprendiéndonos con la mezcla, al incluir junto a estos objetos una pequeña explicación sobre el idioma y sus símbolos. Es en este momento cuando tenemos acceso, sin explicación aparente, al lugar  donde se encuentra la Dama de Baza, colocada en un cubículo angosto, que intenta reflejar o recrear el lugar donde fue hallada, pero sin duda se convierte en un espacio incómodo para el visitante, no apto para más de 3 personas al mismo tiempo.  Desde este lugar retrocedemos sobre nuestros pasos y encontraremos la reproducción de la Dama de Elche, enclaustrada en una vitrina con su descripción y explicación correspondiente, rodeada de otros objetos en vitrinas contiguas, que continúan con el mensaje expositivo de los ajuares, funerarios o no, que acompañan a este tipo de imágenes. Aquí concluye la visita, pero todavía nos quedará un largo camino de vuelta hasta la salida, volviendo a pasar por el estrecho pasillo que nos conducirá a la sala principal y a la salida.

Escultura del guerrero
El caso de la iluminación requiere un párrafo a parte. Quizás lo más llamativo de la exposición, debido a la falta de la misma. Debemos tener en cuenta que la exposición se ha articulado mediante reproducciones de originales en su mayoría, sin embargo la iluminación reinante durante toda la exposición desde luego no supera los límites óptimos de la conservación preventiva, pero sin duda, dejan al espectador, inmerso en una penumbra donde los objetos en algunos casos son imposibles de observar. Claro ejemplo de mala iluminación es la reproducción del guerrero, donde la luz es tan pobre que nos es imposible apreciar detalle alguno del rostro. Las vitrinas en su mayoría están mal iluminadas, carecen de iluminación interna por lo tanto el interior suele ser un espacio oscuro, donde habremos de tocar el cristal de la vitrina con la nariz si queremos apreciar algo. 

Vista de una vitrina
Quizás el elemento mejor iluminado de la exposición (dejando a un lado los dioramas y maquetas) sea la Dama de Elche, iluminada mediante una luz de detalle que realza los relieves, muy práctico para apreciar los detalles de la joyería que posee la reproducción, además de una luz de apoyo para poder leer el texto que apoya dicha reproducción.
Los paneles, en algunos casos están mal iluminados, son monótonos y la falta de luz ambiente suficiente dificulta la lectura (es difícil mantener la concentración necesaria para leerlos todos al completo). 

Detalle panel informativo
En cuanto a las dimensiones de la exposición, son reducidas, pero ese no es el problema, las dificultades llegan por la falta de control de acceso del público, donde al tratarse de una exposición gratuita la afluencia de público desborda la capacidad de la instalación, y aunque no llega al extremo de ser agobiante, si dificulta el disfrute durante la visita.

En conclusión, la exposición resulta a priori llamativa e interesante, apta para un público en busca de contenido divulgativo, y además con un discurso muy interesante. El resultado sin embargo es insatisfactorio, a veces frustrante, debido a la mala planificación expositiva, con unos criterios basados en la acumulación, la economía del espacio y centrados en una visita rápida y "que el contador de visitantes no se detenga".